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Y todo es color de rosa hasta que... ¡hasta que no sabemos en qué parte de nuestro guardarropas está


Si sos como yo que convives con una bomba atómica entre tu closet, estas recomendaciones de cómo organizarlo seguramente van hacer tu vida un poco menos caótica a la hora de elegir tu look, ¡y salir a la calle! El primer paso de esta ardua tarea (y sí, por favor no llores) consiste en vaciar el closet íntegramente, sin que quede nada a la vista. De esta manera será más fácil limpiar cada estante, sacarle el polvo y pasarle lustramuebles o un trapo húmedo. Luego de rociarlo con repelente para polillas, hay que dejarlo

actuar cerrando las puertas. Esto va a servir para que veas TODO lo que tienes y definir lo que realmente necesitas.

Seguramente vas a encontrar muchas prendas que el amor indescriptible a vaya saber qué recuerdo no te dejan soltarla. Es hora de que ya la jubiles, todo lo que no usaste en estos últimos 2 años con seguridad te digo: ¡no vas a usarlo más!

En esta mirada analítica de la ropa, podrás detectar aquello que debe arreglarse, lavarse o lo que hay que mandar tintorería. Corbatas manchadas o descosidas, zapatos sucios o botones flojos, deben arreglarse ¡ya! Habiéndote sacado un gran peso de encima, la clasificación por prenda, textura, color y temporada será mucho más fácil. Todo lo que sea de otra estación puede almacenarse en la parte superior del guardarropas o, si estás con problemas de espacio, en cajas o valijas debajo de la cama. Al momento de ubicar la ropa en el ya limpísimo ropero, una manera práctica es separar las prendas por color y ocasión: las que son para trabajar, las sport y las más elegantes.

Los estantes son para los sweaters y la remeras que van por color y en degradé, de más oscuro a más claro, en la zona de las perchas. Los pantalones van por un lado, los vestidos y polleras por otro y las blusas van de manga larga, a manga corta y sin mangas. Para sacos, tapados y sacones deben usarse las perchas de madera anatómica mientras que para los vestidos, blusas, faldas y pantalones se usan unas más finitas, que pueden ser plásticas o de hierro. Siempre es recomendable tener una prenda por percha. Los cajones son el rincón para la ropa interior y las medias. Si no tenés cajonera, pueden usarse cajas forradas. Se puede poner el corpiño o sostén dentro de la bombacha o panty, o las bombachas o pantys de un lado y los corpiños o sostenes del otro. Las medias ocupan otro cajón. Contrario a lo que todo el mundo piensa, no es bueno guardarlas en la forma de los clásicos bollitos, ya no deben doblarse para no romper los elásticos.

La parte donde guardamos los zapatos suele ser un caos que fusiona olores y colores. Lo más aconsejable es tener un botinero o guardarlos en cajas dispuestas en el piso con su respectiva etiqueta. Para no arruinarlo, es recomendable evitar el amontonamiento de zapatillas, mocasines, ojotas y sandalias. También debemos asegurarnos que no estén en contacto con la ropa. Es clave que permanezcan limpios con la suela repasada con un trapito por la suciedad que hay en la calle. Otra buena alternativa, si las puertas del ropero no son corredizas, es poner del lado de adentro soportes para cinturones, corbatas, pañuelos y bufandas o bijouterie.

Y, lo más importante para evitar hacer esto una vez por mes, es mantener el orden y recordar cada prenda debe regresar a su lugar. Acomodar el ropero lleva tiempo, pero nada más satisfactorio a la vista.

Sostengo que parece imposible, pero una vez que veas lo rápido que será elegir tu ropa y lo bien que se siente verlo así organizado, vas a tomar el hábito y todo será “color de rosa”, ¡o mejor dicho, de colores pero en degradé!

Imágenes: Pinterest.com

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