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Narraciones Infernales

No existe nada, en el mundo físico y espiritual, que satisfaga el alma tanto como un buen libro, construido sobre intriga, que asome una que otra palabra liosa obligando a la masa gris a funcionar, que nos impida soltarlo hasta su final, así como los amores obsesivos no se dejan hasta que se sacian. En mi caso, el núcleo de la felicidad se encuentra lindante con la proporción de abundancia que presente una biblioteca.



Desde hace más de una década se ha observado que el género literario que comercialmente ha predominado es el fantástico. Esto se debe a la cualidad que tiene el ser humano por tantear lo desconocido; esta característica es comúnmente llamada curiosidad.

Muchos pensadores han estudiado la fantasía a lo largo de la historia. Por ejemplo, Fiódor Dostoyevski expone que la línea que separa un hecho real y otro irreal debe ser en extremo fina, manteniendo así al lector en vilo durante la lectura creyendo vagamente los ámbitos ficticios que plantee el relato. Rosemary Jackson propone que la literatura fantástica no debe ser estudiada como un género sino un modo literario, de esta manera se presta de forma más idónea a adoptar distintas índoles a la hora de sus publicaciones.

La fantasía abarca muchas áreas, hay relatos de este tipo para todos los gustos, están los cuentos infantiles con hadas madrinas que arreglan la vida de rechazadas para que se conviertan en princesas, también en los que chicas caen por agujeros y persiguen a conejos por mundos racionalmente ilógicos, existen aquellos que narran la aparición de muertos vivientes que de noche drenan la sangre de doncellas indefensas, y así se podría realizar una lista interminable con ideas sacadas de las más brillantes imaginaciones de autores que han marcado la vida de muchos, incluyéndome.



Conmemorando una fecha tan especial para los adictos a lo fantástico como lo es Halloween, el relato de terror ha estado presente desde el inicio de la literatura en él el mal es protagonista, ha sido el génesis de todos los monstruos presentes en pesadillas. Zombis, brujas, fantasmas y vampiros se han convertido en elementos culturales tan básicos y conocidos como Dios mismo.

No podemos hablar de terror sin mencionar a Edgar Allan Poe cuyo relato El Gato Negro ha generado más de un trastorno en muchas personas. Un escrito magistralmente ejecutado que combina miedo y psicología para crear una bomba literaria que difícilmente olvidaras. Tuve la suerte de ser forzada a leerlo durante mis años de estudios secundarios y en la actualidad me sigue gustando tanto como aquella primera vez que lo leí.

Joe Hill es uno de los hijos de Stephen King, amo de la literatura de horror, también es escritor y ha publicado varias novelas, entre ellas El traje del muerto es un verdadero thriller, exponiendo al lector a una entidad paranormal que luego de culminar la historia, les aseguro, la tendrán presente a cada momento durante un buen tiempo. Es de esos libros que marcan pauta en este ámbito literario, teniendo un padre con un nombre como el de King no se podía esperar menos.


Elizabeth Kostova le entregó al mundo en el 2005 su obra La Historiadora para la cual realizó una investigación de diez años, en sus páginas adapta la leyenda de Drácula hasta una realidad tal que te hace recapacitar acerca de la teoría que dicta que los vampiros son sólo un mito. Aunque está escrito de una forma intrínseca que hace su lectura un poco tediosa, cuando se le encuentra el gusto al libro te atrapa, hasta llegar a un punto obsesivo.

Tierra de Vampiros de John Marks ha sido sin duda mi favorito. Marks le hace un giro macabro al glamour romántico que caracteriza a los vampiros, mostrándolo como una entidad desagradable físicamente que no le importa matar con tal de saciar sus deseos, como deben ser todos los vampiros. En ello radica su autenticidad. Esta escrito de manera espléndida, de fácil lectura y con hilos de suspenso crónicos que hay que desenredar continuamente sin poder cerrar el libro hasta finalizarlo.

El cineasta, Guillermo del Toro ha unido fuerzas con el escritor Chuck Hogan para crear la Trilogía de la Oscuridad la cual abarca Nocturna, Oscura y Eterna. Se tiene previsto que la tercera entrega eterna sea distribuida a finales de este año. Esta historia si es para morderse las uñas, en ella el vampirismo se trata como una estírpe infecciosa que se abre paso en el mundo, apoderándose de todos los cuerpos humanos que encuentren a su paso, causando una pandemia que creará pesadillas a más de un lector. Es como una mezcla de Drácula y el famoso video juego Resident Evil. Este libro es ideal para los fanáticos arduos de la literatura de terror, amateurs favor abstenerse.


Ya que el tema de los vampiros está en boga, no obviare un fenómeno que se ha propagado más rápido que los monstruos de Guillermo Del Toro, me refiero a la saga compuesta por los libros: Crepúsculo, Luna Nueva, Eclipse y Amanecer, que juntos hacen que Bram Stoker se retuerza desenfrenadamente en su tumba. Stephanie Meyer nos presenta una historia que ha sido exitosa gracias a un refuerzo comercial más que una brillantez lirica.

Un cuento burdo entre dos personas de amor obsesivo que no pueden estar juntos, ya se nos ha presentado en el pasado- Romeo y Julieta. En Crepúsculo el concepto de los vampiros despiadados, monstruos de la literatura clásica desde la edad media, han sido suavizados a tono de transtornar al punto fundamental que caracteriza estas historias como lo es la sangre, por algo tan humano como el amor.

Los vampiros jamás antepondrían su necesidad de obtener sangre por el amor a humanos, después de todo son bestias que vienen de la muerte, es lógico pensar, entre tanta fantasía, que no tienen sentimientos. Por eso se ha vuelto popular entre los conocedores de lectura la frase de que “Crepúsculo es a los vampiros, lo que Barney a los dinosaurios”. La diosa de las historias vampirescas Anne Rice, en una entrevista mientras promocionaba su novela Del amor y el mal calificó a la narrativa de Meyer como un fracaso imaginativo, el señor del terror ya antes mencionado, Stephen King también dirigió algunas palabras verbales hacia el tema calificando a la creadora de la saga de vampiros rosas como incapaz de escribir algo bueno. Si lo dicen los sabios sus razones tendrán.

La historia carece de un suspenso intenso que fascina en redacciones de este tipo, por ello su target ha estado limitado a adolescentes femeninas que solo tocan las páginas del libro por el amor platónico que le profesan a su protagonista masculino, Edward Cullen. Entre todo tiene algo positivo, no se puede negar que la saga atrajo un centenar de mentes jóvenes hacia la lectura. Aunque sería ideal que con el tiempo ese centenar escoja mejores obras para disfrutar.




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