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Viajar solas... (Parte 1)


Ya hemos hablado antes en este blog de lo maravilloso de viajar… a mi entender, el tiempo y dinero mejor invertidos es viajando. Un viaje no solo implica entretenimiento, también aprendizaje, sobre los lugares que visitamos y sobre nosotras mismas también.

De niñas viajamos con nuestras familias, ya de más grande viajamos con amigos, nuestra pareja… pero por increíble que suene, aún se ve raro que las mujeres viajen solas.

¿Por qué? Me parece que la razón (o excusa) principal es que “es peligroso”. Eso no deja de ser cierto, pero si nos documentamos bien antes y vamos preparadas, no tiene por qué ser una mala experiencia.

Por supuesto que viajar acompañadas es grandioso y una oportunidad excelente de estrechar lazos y hacer recuerdos que nunca se olvidan. De hecho hay personas que ni se imaginan lo que debe ser viajar solos, creen que es incluso hasta triste. Pero una vez que lo intentes, te darás cuenta que no es para nada malo ni triste, y que de hecho, puedes llegar a conocerte a ti misma de una forma que quizá no hubieses logrado de otra manera.

¿Qué ventajas tiene el viajar sola?

Vas a tu propio ritmo. No dependes de nadie más en cuanto a tiempo o agenda. Aunque vayas en un tour guiado, el ir sola te permite disfrutar todo de una manera distinta, sin depender de algún familiar o amigo que se sienta indispuesto, que quiera ir a otro sitio o que no se levante temprano.

Puedes conocer sitios que tal vez no sean del interés general pero de tuyo así, por lo que vas a tus anchas sin preocuparte de que alguien no quiera estar allí.

Afinas tu instinto de supervivencia. Esto ocurre sobre todo con aquellas que somos introvertidas y fue mi propia experiencia. Ya que no dependes de nadie, debes salir adelante tú misma, y créeme, la “vergüenza” se quita. Te sorprenderás tú misma cuando te veas atravesando aeropuertos tú sola, siguiendo indicaciones, preguntándole a extraños donde queda tal o cual lugar, y así.

Si vas a un lugar donde se habla un idioma que no es el tuyo pero que estás aprendiendo o que es tu segundo idioma, esta experiencia te ayudará a afinarlo y de nuevo, posiblemente te sorprendas de lo capaz que eres. Esto, de nuevo, es porque no dependerás de nadie más que hable por ti.

Pero no siempre tienes por qué andar sola. Esta también es una oportunidad para conocer gente, quizá en el tour que tomaste, en el avión, en el hostel, etc.

Ahora, ¿Cómo prepararse?

Con suficiente antelación, investiga todo lo que puedas sobre el lugar o lugares a donde vas. Como es donde te hospedarás, cómo llegar al lugar, el aeropuerto, las estaciones de autobús o subterráneo que tomarás dependiendo de a dónde quieras ir, los tours que tomarás, sitios para comer y para comprar, qué conectores se utilizan algunas de sus costumbres, cuál sería una vestimenta adecuada (lamentablemente, como mujeres, aún hay sitios donde “no se puede andar muy descubierta” y aunque en general no hagamos caso a seguir reglas impuestas a la hora de vestir, al ir solas es mucho mejor ser precavidas).

Quizá la primera vez que vayas a viajar sola, no quieras estar totalmente sola en tu destino. Escoge visitar un lugar en donde viva alguien que conozcas y así podrás visitarlo.

Si vas a salir del país, compra un seguro de viaje. Esto hay que hacerlo vayas sola o no. De igual forma, viajes dentro de tu país o fuera, investiga sobre los centros de salud del lugar a donde vas, lleva dirección y teléfonos.

Lleva copias de tus documentos.

Prepara un botiquín con medicinas y otras cosas: pastillas para el dolor de cabeza o dolor en general, antiácidos, curitas (banditas), antibacterial, antialérgico, anticonceptivos, etc., y si tomas un medicamento prescrito, lleva los récipes también.

¿Viajas en avión? Si bien el asiento junto a la ventana es por lo general el más atractivo (si te gusta ver hacia afuera), si vas sola es recomendable escoger el asiento junto al pasillo, así no tendrás que pedir permiso al pasajero o pasajeros junto a ti para levantarte a ir al baño, etc. Como dato adicional, si es un vuelo largo, de vez en cuando levántate y camina por los pasillos, para evitar posibles coágulos en las piernas. Por otro lado, se dice que los asientos a nivel de las alas son en donde se sienten menos en las turbulencias, yo siempre me he sentado en esos por recomendación de mi mamá y me ha ido bien así que supongo que es cierto.

Una vez allá, sal con dinero en efectivo suficiente para el día, pero no demasiado. Puedes llevar un poco en tu billetera y otro poco escondido en algún lugar estratégico como un zapato o en la ropa interior. Hay algunos bolsitos ocultos que puedes llevar, y allí también tener tus documentos y tarjetas de crédito.

Si vas a tomar tours, comprarlos con antelación desde casa, online. La mayoría ofrece esta opción y es mucho más cómodo. Por supuesto, una vez en el lugar, en los Centros de Turismo seguramente habrá algún otro paseo interesante que desees tomar y puedes comprarlo allí.

Por supuesto una vez en tu destino hay espacio para la improvisación, pero siempre es mejor ir preparada.

En una segunda entrega de este tema (en un par de semanas), tendremos el testimonio de varias chicas que han viajado solas. Nos contarán cómo fue su experiencia y nos darán algunos consejos más. ¡No te lo pierdas!

Imágenes: Pexels / Pixabay / We Heart It

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